Los 7 principios del universo según El Kybalión: una guía para entender el mundo

El Kybalión, de Tres Iniciados, es un libro esotérico que se ha ganado un lugar destacado en la biblioteca de aquellos interesados en la filosofía hermética y la alquimia. Este libro, para algunos escrito por tres autores anónimos bajo el seudónimo de «Tres Iniciados», para otros escrito por el afamado William Walker Atkinson, es una obra maestra de la literatura esotérica que explora las leyes que rigen el universo.

La obra se basa en los principios herméticos, que son una serie de enseñanzas espirituales y filosóficas que se atribuyen al dios egipcio Hermes Trismegisto. Según la tradición, Hermes fue un maestro de la alquimia y la astrología, y se dice que sus enseñanzas han influenciado a muchos filósofos y sabios a lo largo de la historia.

El Kybalión se compone de siete principios fundamentales, que son la base de todo lo que existe en el universo. Estos principios son: el principio de mentalismo, el principio de correspondencia, el principio de vibración, el principio de polaridad, el principio de ritmo, el principio de causa y efecto, y el principio de género.

El principio de mentalismo es una creencia que se encuentra en muchas tradiciones espirituales y filosóficas que sostiene que todo lo que existe en el universo tiene su origen en la mente. Según este principio, el universo es mental y la realidad física es una creación de la mente. En el ámbito de la psicología, el principio de mentalismo se refiere a la idea de que todo comportamiento humano tiene su origen en procesos mentales, incluyendo pensamientos, emociones y percepciones. Este principio sugiere que para comprender y cambiar el comportamiento humano, es necesario entender y trabajar con los procesos mentales subyacentes. En resumen, el principio de mentalismo se refiere a la creencia de que la mente es la fuerza primaria en la creación y en la comprensión de todo lo que existe en el universo, incluyendo el comportamiento humano.

El principio de correspondencia establece que «como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba». En otras palabras, sugiere que existen correspondencias y analogías entre diferentes niveles de realidad, desde el microcosmos hasta el macrocosmos. Lo que ocurre en una escala, puede reflejarse en otra, mayor o menor. Este principio tiene implicaciones en varios campos del conocimiento. Por ejemplo, en la astrología, se cree que los planetas y las estrellas en el cielo reflejan los eventos y las condiciones en la Tierra. En la física, las leyes que rigen el comportamiento de las partículas subatómicas pueden aplicarse a escalas mayores, como los objetos cotidianos. En resumen, el principio de correspondencia establece que hay una correspondencia y analogía entre los diferentes niveles de realidad, lo que implica que las mismas leyes y principios rigen todo lo que existe.

El principio de vibración establece que todo en el universo se mueve, vibra y tiene su propia frecuencia o ritmo. Desde los átomos y las moléculas hasta las estrellas y las galaxias, todo en el universo está en constante movimiento y vibración. Según este principio, cada persona, objeto y situación tiene su propia vibración única, que se puede medir en términos de frecuencia. Las vibraciones más altas se asocian con emociones positivas, como la felicidad y la gratitud, mientras que las vibraciones más bajas se asocian con emociones negativas, como el miedo y la tristeza. Este principio también sugiere que las vibraciones similares se atraen entre sí, lo que significa que nuestras emociones y pensamientos pueden afectar nuestra realidad y atraer situaciones y personas que vibran en la misma frecuencia que nosotros. Por lo tanto, la práctica de elevar nuestra propia vibración a través de la meditación, la gratitud y el amor puede tener un impacto positivo en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.

El principio de polaridad es un concepto filosófico y espiritual que sostiene que todo en el universo tiene dos polos opuestos y complementarios. Esto significa que todo lo que existe tiene un contrario, y que estos contrarios están unidos en una misma realidad. Por ejemplo, el bien y el mal son dos polos opuestos pero complementarios, al igual que la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, el amor y el odio, etc. Estos opuestos no son enemigos, sino que se complementan y se equilibran mutuamente. Este principio también se aplica a nivel mental y emocional, lo que significa que cada pensamiento y emoción tiene su contrario. Por lo tanto, si experimentamos una emoción negativa como el miedo, también podemos experimentar su opuesto, que es la valentía. El principio de polaridad es importante en muchas enseñanzas espirituales y filosóficas, ya que nos ayuda a comprender la naturaleza de la dualidad y la importancia del equilibrio en todas las cosas. También nos enseña que no podemos tener una cosa sin su opuesto, y que la clave para alcanzar la armonía y la felicidad es encontrar un equilibrio entre ambos polos.

El principio de ritmo establece que todo en el universo se mueve y fluye en patrones rítmicos y ciclos. Según este principio, todo en la naturaleza, desde los planetas y estrellas en el universo, hasta los procesos biológicos en el cuerpo humano, están sujetos a ciclos y patrones de ritmo. Estos ciclos pueden ser de diferentes longitudes y duraciones, y pueden ser tanto visibles como invisibles. El principio de ritmo sugiere que la comprensión y la observación de estos patrones de ritmo pueden ayudar a las personas a comprender y adaptarse mejor a los cambios y fluctuaciones en sus propias vidas. Por ejemplo, saber que todo tiene su propio ritmo y ciclo puede ayudar a las personas a anticipar y prepararse para los cambios estacionales o para las fases de la luna, lo que puede tener un impacto en su salud y bienestar. En resumen, el principio de ritmo enfatiza que todo en el universo está en constante movimiento y cambio, y que la comprensión de los patrones de ritmo puede ayudarnos a vivir en armonía con la naturaleza y aprovechar mejor las oportunidades que se nos presentan.

El principio de causa y efecto establece que cada evento tiene una causa que lo precede y que a su vez produce un efecto que lo sigue. En otras palabras, todo lo que sucede tiene una causa que lo ha provocado y una consecuencia que se deriva de ello. Este principio es fundamental en muchas áreas de la ciencia y la filosofía, y ha sido utilizado para explicar fenómenos naturales, sociales y culturales. Por ejemplo, en la física, el principio de causa y efecto se utiliza para explicar cómo las fuerzas actúan sobre los objetos y producen movimiento. En la psicología, se utiliza para entender cómo los estímulos externos y los procesos mentales internos influyen en el comportamiento humano. En resumen, el principio de causa y efecto es una herramienta esencial para entender el mundo que nos rodea y para predecir las consecuencias de nuestras acciones.

El principio de género se refiere a la idea de que todo en el universo tiene un aspecto masculino y un aspecto femenino, y que estos aspectos son necesarios para la creación y la manifestación de todo lo que existe. Este principio se aplica a todos los niveles del universo, desde lo más pequeño hasta lo más grande. En El Kybalión, el principio de género no se refiere específicamente a la igualdad de género o a la lucha contra la discriminación y la violencia de género. En cambio, se refiere a la idea de que todas las cosas en el universo tienen un aspecto masculino y femenino que trabajan juntos en armonía para crear y manifestar la realidad. El principio de género se relaciona con la polaridad y la dualidad, y se entiende que estas fuerzas opuestas trabajan juntas para crear equilibrio y armonía en el universo. Este principio también sugiere que cada persona tiene tanto un aspecto masculino como femenino dentro de sí, y que equilibrar estas fuerzas internas puede ayudar a lograr una mayor armonía y equilibrio en la vida.

En conjunto, los siete principios de El Kybalion son una guía para entender cómo funciona el universo y cómo podemos usar esta comprensión para mejorar nuestras vidas. Los siete principios han sido adoptados por muchos filósofos y pensadores a lo largo de la historia, y su impacto se ha extendido más allá de la esfera esotérica.

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