Narcotráfico, política y poder económico: la verdadera guerra que nos consume

Pablo Escobar Gaviria fue un conocido narcotraficante colombiano y uno de los criminales más infames de la historia, no solo de nuestro país, sino del mundo. Nació el 1 de diciembre de 1949, en Rionegro, Colombia, y murió el 2 de diciembre de 1993, en Medellín, Colombia. Es recordado por haber sido el líder del Cartel de Medellín, una poderosa organización criminal que dominó el tráfico de drogas, principalmente cocaína, en la década de 1980.

Escobar se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo en aquella época. Sin embargo, su violento reinado estuvo marcado por una brutalidad extrema, que incluyó asesinatos masivos, ataques terroristas y corrupción en todos los niveles del gobierno colombiano. Su notoriedad llegó a su punto máximo a finales de la década cuando, el 18 de agosto de 1989, fraguó y llevó a cabo el magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento, entonces candidato presidencial, y más opcionado a ganar las elecciones.

Desde entonces, el gobierno de Colombia y varios países, incluyendo Estados Unidos, llevaron a cabo operaciones para capturar o matar a Escobar. Finalmente, murió en un enfrentamiento con la policía en un barrio pobre de Medellín, al ser acribillado por un comando especial, el «Bloque de Búsqueda», que lo dio de baja sobre el tejado de una humilde casa, tratando de huir, con su pistola en la mano.

La vida y el legado de Pablo Escobar Gaviria han sido objeto de numerosos libros, películas y series de televisión, entre las que podríamos mencionar las siguientes:

Libros:

  1. Pablo Escobar: Mi vida y mi cárcel, de Victoria Eugenia Henao (La viuda de Pablo Escobar).
  2. Pablo Escobar: Lo que mi padre nunca me contó y Pablo Escobar: Mi padre, de Juan Pablo Escobar (Hijo de Pablo Escobar).
  3. Galán, crónica de un magnicidiode Albeiro Patiño Builes(en el que se narra el enfrentamiento entre el Capo Pablo Emilio Escobar Gaviria y su máximo detractor, Luis Carlos Galán Sarmiento).
  4. Killing Pablo, The Hunt for the World’s Greatest Outlaw, de Mark Bowden.
  5. Pablo Escobar, el patrón del mal, de Alonso Salazar.

Series de Televisión:

  1. Narcos (2015-2017) – Una serie de Netflix que narra la vida de Pablo Escobar y la lucha contra el narcotráfico en Colombia.
  2. Narcos: Mexico (2018-2021) – Una serie derivada de Narcos, que se centra en el surgimiento del narcotráfico en México.
  3. Pablo Escobar: The Drug Lord (2012) – Una serie de televisión colombiana basada en la vida de Pablo Escobar.
  4. El Chapo (2017-2018) – Aunque se enfoca principalmente en Joaquín «El Chapo» Guzmán, también aborda la relación entre Escobar y Guzmán.

Películas:

  1. Escobar: Paradise Lost (2014) – Una película que se centra en la historia ficticia de un joven canadiense que se involucra con la familia de Escobar.
  2. Loving Pablo (2017) – Una película protagonizada por Javier Bardem como Pablo Escobar y Penélope Cruz como Virginia Vallejo, una periodista colombiana.
  3. Escobar (2017) – Otra película que aborda la vida de Pablo Escobar, con un enfoque en su relación con una mujer llamada María.

Ahora bien, tal proliferación de obras sobre la vida del Capo y su reinado en el mundo del narcotráfico, ha sido motivo de preocupación y controversia en Colombia. Las autoridades del país, y muchas figuras públicas, han expresado sus opiniones y preocupaciones al respecto. Por ejemplo, que muchas de estas producciones pueden presentar a Pablo Escobar de una manera que lo idealiza y lo romantiza, lo que podría distorsionar la percepción de la realidad y hacer que el público simpatice con un personaje que cometió actos tan atroces; o que la representación constante de Colombia como un país dominado por el narcotráfico y la violencia puede tener un impacto negativo en la imagen internacional del país y reforzar estereotipos negativos; o que la atención constante en la vida de Pablo Escobar y otros narcotraficantes, podría tener un efecto de glorificación, haciendo que los jóvenes se sientan atraídos por el estilo de vida delictivo. Lo cierto es que muchas personas en Colombia fueron víctimas de la violencia y el terrorismo asociados al narcotráfico durante la época del criminal, y para algunas de estas personas, ver su historia representada de manera tan sensacionalista, puede resultar doloroso y traumático.

Sin embargo, es importante señalar que muchas de estas producciones han intentado abordar estas preocupaciones y presentar una visión equilibrada de la historia. Algunas de ellas se han basado en investigaciones periodísticas sólidas y testimonios de víctimas, para ofrecer una representación auténtica de los hechos. Además, la historia de Pablo Escobar y el narcotráfico en Colombia es un tema complejo y controvertido que ha dejado una huella indeleble en la historia del país, lo que hace que sea una fuente de interés continuo para los medios de comunicación masivos y la cultura popular, que por alguien debería ser tratada.

Pero hay que mencionar algo: las películas y series de televisión que se han producido sobre Pablo Escobar Gaviria, lo han sido por empresas que manejan capitales que, muchas veces, si no siempre, están detrás de quienes ostentan el poder político, por eso surge la pregunta de si ha sido consistente el discurso censurador de estas series, o ha sido mera retórica conveniente. ¿Es real la aparente preocupación sobre cómo se presenta la figura de Escobar y cómo se abordan los aspectos éticos y morales de su historia?

Y es que el grado de censura o crítica en estas producciones puede variar significativamente. Algunas tienden a retratar a Pablo Escobar de manera glamorosa o indulgente, mientras que otras intentan ser críticas y realistas en su representación de los actos criminales y violentos que cometió. La censura o restricción de contenido en las producciones de entretenimiento, a veces se basa en factores como las regulaciones gubernamentales, los valores culturales y las sensibilidades del público. Y las empresas de entretenimiento también pueden estar sujetas a la presión de grupos de interés y organizaciones que buscan influir en la forma en que se presenta la historia. Por lo que, en general, se puede argumentar que, dada la naturaleza controvertida de la vida de Pablo Escobar y su impacto en la sociedad colombiana, la mayoría de las producciones tienden a ser conscientes de las implicaciones éticas y morales de la particular representación de su historia de cara a la sociedad.

Es importante recordar que cada obra tiene su propia perspectiva y enfoque, como ya mencionamos, algunas son críticas o censuradoras, otras se enfocan más en la historia criminal y violenta de Escobar, y algunas pueden explorar aspectos más complejos de su personalidad y su impacto en la sociedad, y hasta reflexionar en el daño que le hizo al país y a la sociedad y a la gente que le robó con sus balas asesinas al país. Y claro, los espectadores tienen la capacidad de consumir estas obras de manera crítica y formarse sus propias opiniones sobre la representación de la figura de este criminal.

Pero no podemos dejar de mencionar a algunas personas o grupos de personas, estos ya no poderosos, ni representantes de grandes capitales, sino, por el contrario, quizás marginados, que tratan de ganarse la vida con cualquier oportunidad que ofrezca el entorno y el mercado, y que han «intentado» vender camisetas o vasos con la imagen de Pablo Escobar, o han promocionado y estructurado tours por la ciudad de Medellín, haciendo énfasis en la historia del Capo y yendo especialmente a conocer los lugares donde la violencia generada por él y por el Cartel de Medellín parece pervivir, tales como la hacienda Nápoles, residencia de Pablo Escobar; La Catedral, o cárcel de máxima seguridad de Itagüí; la comuna 13, el techo de la casa donde lo acribillaron y finalmente mataron, en fin. A esas personas o grupos de personas sí se les ha censurado, y se les censura, y fuertemente, y abiertamente, y se les trata a menudo de criminales, y se les castiga, todo por parte de los medios de comunicación, los capitales y el poder político, y se les exige no exaltar la vida e historia de alguien que tanto mal le hizo a Colombia. ¿No es esto signo de una doble moral que habría que cuestionar también?

Se ha llegado a argumentar que la venta de productos con la imagen de Pablo Escobar, o la promoción de tours que destacan su historia, pueden ser moralmente problemáticos, debido a que el criminal fue responsable de innumerables actos de violencia y crimen en Colombia, y su legado sigue afectando a muchas personas en el país. Se alega que la glorificación o comercialización de su figura criminal puede parecer insensible o irrespetuosa hacia las víctimas y sus familias; pero también se dice que en una sociedad que valora la libertad de expresión y el libre mercado, las personas deberían tener el derecho de vender productos relacionados con cualquier figura histórica, incluso si esa figura es controvertida; aunque surge la pregunta de si hay límites éticos a la comercialización de ciertas figuras o eventos históricos; también se ha dicho que la promoción de tours que visitan lugares relacionados con la vida de Escobar puede tener un impacto en las comunidades locales, especialmente si se explotan los aspectos sensacionales o violentos de su historia para atraer turistas, que esto puede tener efectos negativos en la percepción de la comunidad y su calidad de vida, en fin, se dicen muchas cosas.

En última instancia, se podría decir que el debate sobre si estas actividades deberían ser censuradas o castigadas es subjetivo, y depende de las normas y valores culturales de una sociedad en particular. Para unos se debe permitir la libre expresión y el emprendimiento, para otros, la sociedad debe tomar medidas para evitar la glorificación de figuras criminales y el lucro a partir de su historia. Ciertamente, es un tema complejo, y no hay una respuesta única o definitiva a las preguntas que surgen, pero entonces, ¿por qué si el lucro de las actividades (series y películas para cine y televisión) es para los que manejan los capitales y el poder, se ven como educativas y de concientización, pero si el lucro es para marginados y «empobrecidos», como los llamaría la Vicepresidente de Colombia Francia Márquez (camisetas y pocillos con la imagen de Pablo Escobar Gaviria),  se trata de apología del delito y de intención de no dejar ir el recuerdo de la maldad?

En la última semana he visto arrumes de publicidad en medios audiovisuales y escritos, en los que se invita a ver de nuevo, por enésima vez, la serie de televisión Escobar, el patrón del mal, que pasará en cansona repetición un poderoso canal de televisión colombiano (como si no fuera suficiente tenerlo permanentemente disponible en Netflix); respecto a eso, a nadie parece importarle la moral, la ética ni la apología del delito, pero al mismo tiempo, los medios de prensa escrita se refieren, quizás también reiterada y cansonamente, al negocio que hacen algunos marginados y minoritarios que quieren sacarle unos pesos a la oportunidad de hacer un tour para visitar los sitios en los que la violencia heredada desde hace 30 años por cuenta de Escobar todavía persiste. Por eso pregunto: ¿Qué hacer frente a esta moral (o doble moral) que solo parece querer garantizar la riqueza para los ricos y la perpetuación de la pobreza para los pobres? ¿Simplemente guardar silencio y actuar como si fuera lo correcto, lo normal, lo justo?

El contraste entre la promoción de una serie de televisión sobre la vida de Pablo Escobar y la atención negativa dirigida hacia los tours que visitan lugares relacionados con la violencia heredada de esa época, es una cuestión que refleja la complejidad de los valores culturales, la moralidad y la percepción pública. Es importante reconocer que estas (ambas visiones) son cuestiones delicadas que pueden generar opiniones encontradas. Aquí, algunas posibles perspectivas y acciones a considerar:

  1. En lugar de guardar silencio, claro, podría ser útil promover el diálogo y la reflexión sobre estas cuestiones en la sociedad. Esto puede incluir debates públicos, artículos de opinión (como este) y discusiones en línea que permitan a las personas expresar sus puntos de vista y aprender de los demás.
  2. La educación y la conciencia pública pueden ser herramientas poderosas para abordar estas cuestiones. Las instituciones educativas y las organizaciones de la sociedad civil pueden desempeñar un papel importante al proporcionar información y recursos que ayuden a las personas a comprender mejor la historia y las implicaciones éticas de la vida de Pablo Escobar.
  3. La promoción de una serie de televisión que puede glorificar la vida de un criminal es un tema válido de preocupación. Las discusiones sobre la ética en los medios de comunicación y la responsabilidad de los creadores y emisores pueden ayudar a sensibilizar sobre los posibles efectos de estas representaciones.
  4. Dependiendo de las circunstancias y la jurisdicción, las autoridades gubernamentales pueden considerar la implementación de regulaciones o políticas que aborden la representación de figuras controvertidas en los medios de comunicación y el turismo.
  5. Es importante brindar apoyo a las comunidades que todavía sufren las consecuencias de la violencia relacionada con el narcotráfico. Esto puede incluir programas de desarrollo comunitario y esfuerzos para mejorar la calidad de vida de las personas que han sido afectadas por estos eventos.

En última instancia, urge encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión, el entretenimiento y la consideración ética como un desafío constante de cualquier sociedad. No existe una solución única para abordar las situaciones planteadas, pero el diálogo abierto y la participación ciudadana pueden contribuir a una comprensión más profunda y a la toma de decisiones informadas sobre cómo manejar estos temas.

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