En Tawi, el secreto de tres generaciones, la intrépida y elocuente primera novela de la peruana Teresa Ghiglino, la ceja de selva de los Andes del norte, en Áncash, sirve de escenario para que Zulema Betelgoza y Ángel Ghayin se rebelen y se deshagan del yugo de sus respectivas familias, se encuentren y forjen su hogar, como todos los hogares, aparentemente predeterminado.

En la primera generación, Guillermino Ghayin, joven alpinista italiano, rehúsa ser abogado como su padre, y viaja con sus amigos a conquistar el nevado Huandoy. En sueños, el nevado le pide que no regrese a Italia y se quede en las tierras peruanas, y dé curso al árbol genealógico del que nacerá una mutante, una visionaria: Tawi; es así como de la unión de Guillermino Ghayin y Yochita Saldabari nace su primogénito, Ángel, futuro esposo de Zulema.

Cierto día, la joven madre de cinco niñas, Zulema Betelgoza de Ghayin, embarazada de su sexto hijo, desea con las fuerzas de su alma y su corazón que el bebé por nacer sea el primogénito que tanto anhela su marido. Y para asegurarse de que así ocurra consume una infusión chamánica, considerada prohibida para un cristiano. Pero en lugar de dar a luz a su primogénito, Zulema y Ángel ven nacer a Tawi, la sexta hija, sin saber las fuerzas ocultas que con ese hecho se desatarán.

A través de un narrador omnisciente, con prosa ágil y moderna, la trama de Tawi, el secreto de tres generaciones, encuentra el punto de confluencia entre el pasado histórico de América Latina, con sus mitos y leyendas que cobran vida, y la postcolonización; citadinos, campesinos e indígenas, empresarios latifundistas, mestizos y peones, se debaten entre el chamanismo de los indígenas de los Andes y la religión monoteísta europea. Eventos reales representados por personajes se combinan con situaciones ficticias. Anhelos y frustraciones, choques culturales, creación y destrucción, incertidumbre y premonición, vida y muerte, todo se da cita en esta maravillosa obra.