¿Qué nos dice la literatura sobre la violencia en Colombia?

La violencia en Colombia ha sido un problema grave durante décadas y ha afectado a la sociedad colombiana en múltiples niveles. Las causas de esta violencia son complejas y multifactoriales, pero incluyen la pobreza, la desigualdad económica, la corrupción, el narcotráfico y el conflicto armado interno.

Durante la década de 1980 y principios de los 90, Colombia sufrió una oleada de violencia por parte de los cárteles de drogas que dominaban el país. Esta violencia incluyó asesinatos, secuestros, extorsiones y actos de terrorismo. Aunque el gobierno colombiano ha logrado debilitar a algunos de estos grupos, la violencia asociada al narcotráfico, aún persiste en algunas áreas del país.

Además del narcotráfico, Colombia ha sido escenario de un conflicto armado interno que ha durado más de cinco décadas. El conflicto involucra a grupos guerrilleros, paramilitares, fuerzas militares y civiles, y ha dejado a su paso miles de muertes, desplazamientos forzados y violaciones de derechos humanos.

La violencia en Colombia también ha tenido un impacto significativo en las mujeres y en las comunidades LGBTI, quienes han sido víctimas de violencia sexual y de género.

A pesar de los esfuerzos del gobierno colombiano y la sociedad civil para combatir la violencia en el país, la situación sigue siendo preocupante. La violencia sigue siendo una amenaza constante para muchos colombianos, especialmente en las zonas rurales y marginadas.

Muchos son los libros que han abordado el tema desde que la violencia tuvo su origen en el país. Desde novelas, cuentos y hasta poesías, pasando por interesantes ensayos, hasta profundos tratados, en los que se analiza la situación y hasta se plantean alternativas de solución. Uno de esos libros es la novela: Galán, crónica de un magnicidio, del autor colombiano Albeiro Patiño Builes.

En Galán: crónica de un magnicidio se recrean los hechos que tuvieron lugar durante los últimos meses de vida del ejemplar abogado y periodista Luis Carlos Galán Sarmiento, y que culminaron con su magnicidio. La documentación es rigurosa, y se plantean sucesos que incluso hoy en día remueven las fibras más profundas de la sociedad colombiana porque muestran la corrupción que carcome, desde aquellas épocas, a las diferentes instancias públicas de la nación. La historia, que por su naturaleza no puede sustraerse a los hechos de maldad, se centra en los personajes que clamaron y lucharon por la paz y la justicia. El eje central es el ex candidato presidencial Luis Carlos Galán, a quien se muestra como el hombre honesto, tenaz y luchador, pero también como el buen esposo, padre y amigo que fue. Además, hombre de leyes, amante de la patria y forjador de ideas tan claras de libertad, que aún hoy recordamos y añoramos como palabras sabias.

De la contracarátula del libro Galán, crónica de un magnicidio.

Para los más jóvenes, Luis Carlos Galán Sarmiento fue un político y líder colombiano, nacido en el municipio de Bucaramanga, Santander, en 1943, y asesinado en el municipio de Soacha, Cundinamarca, en 1989, como resultado de un complot entre la mafia de Medellín, liderada por Pablo Emilio Escobar Gaviria, el capo de capos, los paramilitares del Magdalena Medio y fuerzas del Estado. Y es que Galán se destacó como un líder carismático y un defensor de la lucha contra el narcotráfico y la corrupción en la política en su país.

Toda su historia de vida se narra a través de flashbacks en la novela de Patiño Builes, Galán, crónica de un magnicidio, la cual se centra, como dice en su contracarátula, en los últimos tres meses de vida del ejemplar colombiano, durante los cuales se fraguó su asesinato. Se lee, por ejemplo, que inició su carrera política en los años 70, como miembro del Partido Liberal Colombiano, donde se desempeñó como concejal de Bogotá y, luego, como miembro del Congreso de la República. En la década de 1980, Galán se convirtió en uno de los líderes más destacados de la política de su país, siendo candidato presidencial en las elecciones de 1982 y 1986.

Para empezar, en 1982, Galán expulsó al narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria de las toldas de su partido apenas naciente, el Nuevo Liberalismo, y en la campaña presidencial de 1986, hizo una de sus más recordadas intervenciones en el Congreso colombiano, en la que llamó a la ciudadanía a unirse para luchar contra el narcotráfico y la corrupción política. En este discurso, Galán criticó fuertemente a los carteles de la droga y denunció la infiltración del narcotráfico en la política colombiana.

El 18 de agosto de 1989, mientras se encontraba dando un discurso en la ciudad de Soacha, Galán fue asesinado por un sicario contratado por los carteles de la droga de Medellín. Su muerte fue un gran shock para el país y desató una ola de indignación y protestas en contra del narcotráfico y la corrupción política.

Luis Carlos Galán se convirtió en un símbolo de la lucha contra el narcotráfico y la corrupción en Colombia, y su legado ha sido recordado y homenajeado a lo largo de los años. Su muerte fue un momento clave en la historia de Colombia y una llamada de atención sobre la necesidad de combatir el narcotráfico y la corrupción en el país.

Los libros escritos sobre la violencia en Colombia son una fuente valiosa de información y reflexión sobre un problema que ha afectado profundamente al país. Estos libros ofrecen una mirada detallada sobre las causas, las consecuencias y las posibles soluciones para la violencia en Colombia, y nos permiten entender mejor la complejidad de este fenómeno.

Además de Galán, crónica de un magnicidio, otros libros sobre la violencia en Colombia incluyen El Bogotazo, memorias del olvido, de Arturo Alape, La Siempreviva, de Miguel Torres, o Los Ejércitos, de Evelio Rosero. Todos recrean la violencia en Colombia desde distintas miradas, en distintos momentos, narrados por distintos personajes, escritos por diferentes escritores. Además, presentan las historias de las víctimas, sus luchas y sus anhelos por un futuro mejor.

Leerlos lleva a reflexionar sobre la importancia de encontrar soluciones a la violencia en Colombia y de trabajar juntos para construir un país más justo y seguro para todos. También muestra que, aunque la situación es compleja y difícil, no podemos dejar de buscar soluciones y trabajar por un futuro mejor para las generaciones venideras.

Ojalá se escriban muchos más, hasta que dejemos la violencia atrás.

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